8 de mayo de 2008

Una mañana en la emisora

La mañana transcurría tranquila en la emisora. Pere llevaba un par de días intentado mejorar el sistema de archivos, tras haber conseguido hacer desaparecer las toneladas de papeles que, durante semanas habían permanecido desparramados sobre la mesa, sin orden ni concierto. Semanas atrás había tenido una serie de encuentros en casa con Angel, para mirar de aprender a manejar medianamente Bases de Datos y Hojas de Cálculo, y gracias a ello, se sentía algo más seguro.

En cuanto al “papeleo”, por fin había podido archivar las últimas facturas y albaranes, y cuando acabó de ordenar su mesa, no se lo podía creer… No se le ocurrió una idea mejor para celebrarlo que llamar a Sandra para que lo viese, y ésta, al verlo, no pudo por menos que gastarle una broma:

- “Pere: tendrías que hacértelo mirar… Ya era hora, chico… Hay cosas en que es conveniente ser algo lento, pero en las cosas del trabajo no lo es tanto… ja ja ja…”

- “Joder, Sandra; eres una puñetera. Ya te dije que estaba muy excitado, que era nuestra primera vez; que hacía un tiempo que estaba en ayunas y que llevaba tiempo pensando en ello… No me había pasado nunca... Además, me parece a mí que la repetición no fue tan mal… o por lo menos, eso parecía con los gritos que pegabas… A no ser que estuvieses haciendo comedia…”

- “Tranquilo, Pere; no te pongas así… ¿O es que no sabes encajar una broma? Sí; la segunda parte fue muy bien… ¿Qué quieres? ¿Qué te vuelva a repetir que fue el mejor polvo de mi vida? Vale; pues te lo vuelvo a decir: Fue el mejor…”

- Chisst… calla, calla, que viene alguien.

En ese momento, Lukas apareció en la puerta del despacho.

- “¡Hola, pareja! ¿Cómo os va la mañana? Os veo muy relajados… Por cierto, Sandra. Te estaba buscando. Hace un momento ha llamado Frankie para decir que no vendría hasta la tarde; que esta mañana había quedado con el delegado de una empresa de comunicación americana, que parece ser que quiere presentar a la emisora una oferta sobre publicidad. Parecía muy contento. Me dio la impresión de que es un tema importante, y que la cosa va de mucha, pero que de mucha pasta…”

- “Sí; ya sé de qué va… -comentó Sandra- pero me parece que si no se lo miran bien se podrían meter en un buen lío… J.T. me comentó algo el otro día. El problema es que esa empresa pretende tener la exclusiva de toda la publicidad de la emisora, y hay unos cuantos contratos firmados que no se pueden anular así, por las buenas… No sé, pero me parece complicado, según me dijo J.T., aunque me imagino que todo es cuestión de hablarlo…

- “Bueno, pareja; jà s’ho faran (*)…-intervino Lukas-. Aunque para los dos hermanitos parece que el tema puede ser interesante… ¡Quién lo diría! Les cae encima hacerse cargo de una emisora sin tener ni repajolera idea, y en cuatro días les llueve la pasta… Ni ellos se lo acaban de creer. Yo que viví los problemas de la emisora en los años “gloriosos”, con gente buenísima y que a duras penas podía llegar a pagar los sueldos cada mes, me hago cruces que con estos dos elementos les funcione la cosa de esta forma…, ¿no os parece?

- “Bueno –comentó Pere- habrá que mirar el tema con espíritu positivo. Al menos, parece que, si las cosas siguen así, tenemos asegurado el sueldo, ¿no te parece, Sandra? Porque ya me has comentado que el año pasado teníais problemas para cobrar….

En ese momento sonó el teléfono de Pere.

- “Bon dia, dígame”
- …
- “Sí, Frankie, soy yo”

Mientras escuchaba, Pere cogió un papel para ir anotando algo.

- “ OK, Frankie. Ahora mismo te lo envío. Lo que pasa es que creo que tengo el último contrato, pero no los anteriores…. Y si quieres compararlos…. Bueno; le preguntaré a Sandra, a ver si ella sabe dónde pueden estar… Te digo algo enseguida.

Pere colgó el teléfono y se volvió hacia Sandra:

- “Era Frankie. Quiere que le envíe por fax los contratos que tenemos de publicidad con esa empresa de Madrid; me dice que quiere la propuesta inicial, el pre-contrato y el contrato final. Pero que yo recuerde, en mi archivo solamente está el contrato final. Lo recuerdo porque precisamente lo archivé ayer…”

- “Sí, ya sé – dijo Sandra- creo que están en el despacho de J.T. Voy a ver si los encuentro y te los traigo. Hasta luego”.

Sandra abandonó el despacho.

Lukas no pudo evitar dirigir su mirada a las piernas de Sandra mientras ésta salía del despacho.

- “Pero qué buena que está esta tía. No me puedo creer que no tenga un montón de rollos… El otro día me dijo que hacía tiempo que no salía con nadie… Estuve a punto de decirle algo, pero no me atreví. Además, es que va siempre pidiendo guerra… Te has fijado en ese culo y esas piernas?”

Pere puso cara de circunstancias para decir:

- “Sí; está realmente muy buena. Pero me parece que sí está saliendo con alguien… Lo que pasa es que creo que están empezando y se ve que no lo tiene del todo claro… Bueno; eso es lo que me pareció entenderle el otro día, que estuvimos tomando un café a la salida…”

- “Bueno, pues ya me contarás… que no me importaría nada quedar con ella… aunque estas cosas de mezclar líos con trabajo es algo complicado… Y te lo digo por experiencia…”


El teléfono volvió a sonar, y Pere le hizo un gesto a Lukas. Este a su vez, le devolvió el gesto y salió del despacho.

Mientras Pere atendía al teléfono la reclamación de unas facturas de la compra de los últimos equipos informáticos, dándoles la fecha prevista del pago y reconfirmando los datos para la transferencia. Sandra entró de nuevo. Esperó a que Pere colgase el teléfono y le dio una carpeta con una serie de documentos.

- “Aquí tienes lo que querías. La propuesta inicial y el pre-contrato. Si tú tienes el contrato definitivo, ya se lo puedes mandar todo a Frankie.

- “OK, Sandra… Muchas gracias. Ahora mismo se lo envío. Por cierto, que sepas que tienes más pretendientes… Que al amigo Lukas le gustas, vamos… Y, si tal como me ha comentado que le dijiste hace días, no tienes compromisos, pues eso, que lo sepas… Que está deseando que le des una oportunidad…

- “Serás idiota… ¿Qué querías? ¿Qué le dijese algo de lo nuestro? Además, a mí el tal Lukas no me gusta nada, qué quieres que te diga… Me parece un tío raro… Siempre metido ahí en ese cuchitril-almacén-dormitorio… ¿quieres decir que no es medio gay?”

- “Pues por lo que he podido deducir de su conversación, me parece que de gay, poco… o nada… Que me ha dicho que el otro día estuvísteis tomando algo y que le faltó un tris para hacerte una proposición… Bueno; eso es lo que me ha dicho…”

- “Pues mejor que se guarde la tal proposición, porque iba a ser que no… Además, últimamente –mira tú por dónde – estoy con un rollete que me mola bastante, ya ves tú… Aunque a veces tendrá que aprender a controlarse un poco, ja ja ja ja…”

- “¡Serás capulla!”

- “Tranquilo, Pere, que es una broma… No t’emprenyis (**)

- “Vale, vale; ya te puedes ir preparando para la próxima… y esto sí que es una amenaza, ¿eh?. Por cierto, que te quería comentar una cosa… Tengo unos amigos –el quiosquero del que te he hablado a veces-, que tienen un apartamento en la playa y me han dicho más de una vez que si quiero ir algún fin de semana, que me dejan la llave… Parece ser que el próximo fin de semana no irán… ¿Te apetece?”

- “Huy, sí. Estupendo. ¿Podemos salir el viernes por la tarde para allá, no?

- “OK. Luego le llamo para decírselo… Bueno; voy a enviarle el Fax a Frankie, no se vaya a poner nervioso. Hasta luego…”

Sandra se acercó a Pere y, sin previo aviso, le plantó un beso en la boca.

- “Mmmmmm… Sandra, por favor, que puede venir alguien…”

Sandra le dedicó una sonrisa y un guiño y salió del despacho, mientras Pere no podía evitar una última mirada al espectacular balanceo de su minifalda.


(*) catalán: ya se apañarán
(**) catalán: No te enfades