18 de marzo de 2008

Cena Familiar

Lunes, 17 de marzo de 2008
12:45 h Sede Central de Radio WNCB.


-Creo que solo necesita tener tiempo para ella. Así podrá digerirlo.

-Eso no es verdad y tu lo sabes perfectamente, J.T. Beth no es de las que necesite aceptar lo malo que le ocurre a uno en la vida. A mí me parece, que el problema esta en su posible reacción.

-Te refieres a que le esta dando vueltas al asunto? Bueno y quién no. Por suerte, Tío Antonio nos enseño a defendernos muy bien a los tres. Pero ella fue quién más le sirvieron sus conocimientos.

Frankie sonríe y gira su mirada hacía su hermano.

-Por eso te digo, que no me convence su comportamiento tan sumiso ante las circunstancias. Nuestra prima trama algo. Y eso me preocupa.

J.T. se levanta de su mesa de trabajo, dirigiéndose hacía la puerta del despacho, justo al pasar junto a Frankie le pone la mano en el hombro.

-De acuerdo, ahora hablo con Pere para que me busque unas cosas. Luego la llamo, y así... Confirmo tus sospechas de conspiraciones paranoicas. Seguro que Beth esta reuniendo a sus colegas chefs, para conquistar el mundo a base de platos incomibles, pero irresistibles debido al control mental que les habrán aplicado a los comensales. Ja, Ja, Ja...

Frankie se levanta a su vez, empuja un poco a J.T. y se ríe.

-Déjate de chorradas y llámala, pero no le comentes nada de mis preocupaciones... Mira... Mejor la invitas a cenar, que ya hace tiempo que estamos instalados en nuestra cueva y no la hemos dejado venir en semanas con la excusa de disponer con poco tiempo.

-Vale, vale lo haré. Pero, sabes que será Beth la que rechace la invitación o nos obligue a aceptar que cocine ella misma. No se siente segura con nosotros en una cocina.

-Perfecto! Tu habla con Pere y yo cancelaré las citas de última hora para estar listos.

Frankie habla con Sandra a través del interfono.

-Preciosa, quiero que me hagas un favor: Arregla las citas desde las seis para otro día. Ah! Y diles a los paletas que podrán entrar por la mañana al estudio dos para poder acabar con la pintura, pero que sean rápidos. Por la tarde hay que usarlo para grabar los anuncios de clientes.

-De acuerdo, Frankie. Alguna cita femenina que rompe los planes?

-Eso esta fuera de programa, cariño. No seas cotilla.

-Sabes que lo digo para que luego no te olvides de comprar nada que te tenga que conseguir en el último momento.

-En ese caso. Correré el riesgo de que no sepas nunca si me arrepentí de no hacerlo.


Martes, 18 de marzo de 2008
00:50 ático privado en la sede de radio WNCB

Frankie esta colocando la vajilla en el lavaplatos, mientras Beth y J.T. están tomando un tequila en la terraza desde donde pueden ver parte de una plaza del barrio.

-Dime guapa, como puede ser que con ese talento tuyo para transformar lo sencillo en algo exquisito, no te logre un novio?

J.T. esta sentado en una tumbona de teca con los brazos detrás del cuello, a su vez Beth esta apoyada en la balaustrada, con su vaso en la mano.

-Bueno, como sabes... no solo de buena comida vive el hombre. Y yo solo necesito de vosotros, algo que puedo conseguir sin necesidad de embaucaros por el estomago.

En ese momento sale Frankie desde la puerta del salón. En sus manos lleva una cartera de piel y su propio vaso de tequila.

-Eh, eh que hay menores presentes. Dejemos el tema del sexo, no por falta de morbo, si no... por que no quiero imaginarte en plena labor.

-Cierto, Frankie. Podrías ver a Beth con otros ojos. Sobretodo si nos cuenta alguna anécdota de sus escarceos amorosos.

Beth se gira y sonríe, mientras mueve su dedo indice de arriba a abajo en tono amenazador.

-No seas cotilla J.T. O pediré a tu hermano que cuente lo que realmente pasó con Lidia.

-Eh! Eso es juego sucio!


-Te ha pillado hermanito. Touché!

Frankie se sienta en la tumbona de al lado de su hermano y levanta su vaso:

-Brindemos: ¡Por la radio y por su creador Leandro!

Beth se acerca y une su vaso a los otros dos.

-Salud! Por Tío Leandro y por Beth nuestra chef particular!

-Salud! Por Tío Leandro y por vosotros. sois la mejor familia del mundo!

El breve silencio que les cubre solo es roto por el ruido de fondo del tráfico, los tres se miran a los ojos. En sus miradas se ven reflejados los puntos de luz de las velas repartidas por toda la terraza.
Frankie se mueve y busca en el interior de la cartera.

-Beth, queremos hablar contigo. Siento que parezca una encerrona, pero como has dicho, somos tu familia. Y te queremos. Verás... hay algo importante que debemos decirte, pero...

-Pero como hemos estado ocupados y tú has tenido el percance de lo del atraco, pues...

-Chicos! No quiero oír nada de lo venir a vivir con vosotros otra vez, y menos de lo del atraco.

-No es eso, Beth. Cuando fuimos al pueblo, tu padre nos dijo que Tío Antonio tenía otro testamento.

Frankie saca el voluminoso sobre del interior de la cartera.

-Aleix entrego esto a tío Jaume, y él a su vez nos lo dio.

Beth mira el sobre que Frankie le muestra en gesto de ofrenda. Sus manos tiemblan, casi le cae el vaso al dejarlo en la mesa para tomar el sobre.

-También había un sobre para nosotros, aquí tienes la carta que nos escribió.

Beth recoge la nota que ha sacado J.T. de uno de los bolsillos de su chaleco negro.
Sus ojos no pueden ocultar la sorpresa.

-Que es todo esto?

-No lo sabemos, pero como puedes ver; De ti depende el confiar en nosotros o estar sola ante lo que se esconda ahí dentro.

Frankie vuelve alzar su vaso y bebe mirando a los ojos de su prima. Estos no pueden aguantar más las lágrimas.

Beth abre el sobre y vierte su contenido en la mesa.

Del interior sale una carpeta de un informe policial y un CD-ROM.

En la etiqueta de la carpeta se puede leer:

Caso Moreres Figueres, Abelardo
17-10-1997 La Vall del Xarnerons.

11 de marzo de 2008

Muñequita rusa.

Beth esta en casa sentada en el sofá ante un televisor encendido sin sonido. Su mente esta repasando el robo.
Quería ir al metro y llegar temprano a clase.
Cuando estaba a punto de salir del callejón que usaba para ahorrarse el gentío de la calle Mayor, notó que algo raro pasaba.
De repente, una sombra apareció desde su espalda y al mismo tiempo notó que alguien la inmovilizaba:

-Tranquila, preciosa. Solo quiero la pasta. Nada más.

La voz del atacante, remarcaba la declaración hecha con el objeto punzante puesto en su cuello.
Su cuerpo reaccionó solo. Con una precisión increíble.
Un grito de rabia y unos movimientos exactos, lograron dejar al agresor en el suelo.
En su caída, el desconocido chocó contra unos cartones agrupados ante la puerta trasera del bar de la esquina, esparciéndolos.
Beth se incorporó, viendo ante si: A un chico joven con unos ojos verdes abiertos de par en par.

-No te muevas, precioso. Solo quiero tu vida. Nada más.

Su voz helada emanaba la amenaza tácita de poder hacerlo sin ningún problema.
Por un segundo, el rostro del chico mostró un pánico animal, pero algo le hizo reaccionar, y con una agilidad de gato se levantó de un salto.
Beth intentó inmovilizarle.
Ambos forcejearon por un breve periodo.
Los dos eran expertos en defenderse, pero en el último segundo, cuando Beth levantaba su mano cual hacha hacía el cuello del chico, este se desembarazó del abrigo, lanzándolo a la cara de esta.
Ella notó como el chico la empujaba.
Mientras sus pies retrocedían, sus manos trataban sacar la tela de sus ojos. La maniobra logró desequilibrarla y hacerla caer cual larga era.
Oyó los pasos de él alejándose en largas zancadas. Su mente calculaba las posibilidades.

-“Aun hay tiempo. Puedes alcanzarle.” - Pensó Beth.

Él se iba alejando, ella desde el suelo y liberada del maldito abrigo, intentó sacar algo su bolso. Un bolso, que ya esta abierto para su sorpresa.
En el suelo estaba su móvil desmontado en tres partes.

-“Aprisa te queda poco tiempo.”-Maldita sea!- dijo rebuscando en su bolso.- ¿Dónde estas?

Sus manos tocaron algo metálico y sus dedos apresaron la culata.

“Te tengo.”

Pero ya no había nadie en el callejón, era inútil perseguirlo en medio de la
gente.

“¡Mierda! Casi le tenía.”

Al soltar el arma, Beth se dio cuenta que el ladrón había conseguido robarle el monedero.

“Primer round, pequeño. Pronto te buscaré para el segundo.”

De pronto, una voz a su espalda desconectó algo en su mente. Volviendo a ser la Beth normal, se giró para enfrentarse a un rostro conocido. Sí. Don Félix o Don Francís... el del bar de la esquina.

-Señorita, se encuentra bien? He oído un ruido y al salir la he visto como la empujaba ese animal. ¿Se ha hecho daño?

-No se preocupe, no ha sido nada más que un susto.- dijo Beth mostrando su mejor sonrisa.

-Es usted muy valiente. Y sabe como defenderse.

-Bueno... solo lo básico de defensa personal. Pero, de todas formas. – dijo mostrando el bolso abierto.- ya tiene lo que buscaba. En la refriega me ha “levantado” el monedero.

-No se preocupe. Llamaremos a la policía y no irá muy lejos. Le aconsejo que entre en mi modesto bar, tiene un rasguño en el cuello.

Su mente empezó a activarse de nuevo. Tenía que esconder la Beretta, o tendría problemas.

-Estoy bien, no es nada. Oiga, no creo que sea necesario llamar a nadie. Para lo que servirá...

-Debo insistir. Mi religión no me permite dejar a chicas guapas sangrando a la puerta de mi bar.

El hombre se río de su propia broma, mientras tomaba del brazo a una Beth que contaba hasta diez para no empujarle y salir corriendo detrás del ladrón.

-No quisiera parecer descortés... Verá, ya iba justa de tiempo y con este jaleo se me ha hecho tarde.-Beth sonríe.- Si no le importa, solo entraré para usar el lavabo y arreglarme un poco, pero por favor; Le pido que no llame a nadie. Le prometo que al volver de mis obligaciones, iré a comisaría y denunciaré a ese chico.

Don Félix mueve la cabeza de lado a lado.

-De acuerdo, entre y use el baño, pero a cambio de mi silencio... La invito a una tila, para los nervios. Es lo menos que puedo hacer.

Cuando Beth y Don Félix entraron en el bar, el camarero estaba colgando el teléfono:

-Ya esta, jefe. La policía viene para acá. Tranquilos, que no tardarán, hay una pareja cerca.

-Lo siento pequeña. Jonathan es un eficaz empleado y ha sido más rápido que yo.

El hombre sonríe a Beth, mientras esta levanta los hombros.

-En fin... De acuerdo, ya llamaré a mi profesor. ¿El baño, por favor?

Beth entró en el servicio minúsculo, donde apenas había espacio para la taza y un diminuto lavamanos.

“Debo darme prisa.”

Sus manos abrieron la mochila del inodoro, y ocultó dentro de la misma el arma.
Al salir del baño, una pareja de policías autonómicos la esperaba hablando con Don Félix y Jonathan. El resto... lo típico de las denuncias: Le rogaron que les acompañará para ver unas fotos de sospechosos, etcétera.

Eso era todo lo que quería repasar y recordar.
Los ojos Beth miran las imágenes mudas del televisor, sus manos están acabando de limpiar y montar la Beretta 92.
Al salir de comisaría, había vuelto al bar para dar las gracias y, de paso, entrar de nuevo al baño y recoger su herencia.
Cuando termina de montarla, Beth recuerda los ojos verdes de su agresor.
En su cabeza, al sonido del clac que hace la Beretta cuando aprieta su gatillo, se añade el de un disparo.
Sonríe y piensa:

“Tarde o temprano tendré mi revancha, pequeño.”


4 de marzo de 2008

Noche de Marcha y Mañana de Resaca

Cuando Pere accedió a la emisora aquel lunes por la mañana pensaba que iba a tener un día complicado.

La noche anterior había estado de marcha con Angel, Alvaro, Eli y Neus. Habían estado en un concierto en el Palau de la Música... Después se habían pasado por una discoteca de Ciutat Vella,y habían aterrizado en casa pasadas las 4 de la madrugada, con lo que apenas había dormido tres horas... Tenía sueño... y una notable resaca.

La verdad es que se lo habían pasado bien; muy bien. Aquel domingo habían comido muy tarde, y después habían tenido una larga sobremesa. Al principio salió el tema de las próximas elecciones y los debates de los políticos, temas que lógicamente figuraban en la primera página de todos los diarios. Siempre que en sus conversaciones salían este tipo de asuntos, todos solían ser muy cuidadosos, evitando opiniones que sabían de entrada que podían resultar ofensivas para alguno de sus amigos... Cada uno de ellos tenía sus pensamientos bastante claros, desde el toque “anarco” de Angel, hasta el ligeramente “facha” de Pere, pasando por el nacionalista de Neus, y un claro pasotismo en los casos de Alvaro y Eli...

Después de algunos comentarios que estuvieron muy cerca de generar algún conflicto, Alvaro intevino:
- “Bueno, ya está bien de hablar de gilipolleces, que para eso están los políticos, a los que pagamos todos. Y como a mí nadie me paga por eso, propongo que miremos a ver qué hacemos esta noche, que me parece que hacía mucho tiempo en que no podíamos quedar los cinco... y eso habrá que celebrarlo... ¿no os parece?”

Habían estado un buen rato “negociando” dónde irían, ya que había propuestas diversas... Angel había sugerido ir al cine, a ver “El amor en los tiempos del cólera”, de Mike Newell, y aprovechar para ver una interpretación de Javier Bardem, anterior a la que le hacía unos días le había valido el Oscar... Eli se apuntó rápidamente a la idea, pero Neus no estuvo de acuerdo. Comentó que siempre que había ido a ver una película basada en una novela, y más en aquellos casos en que le había gustado la obra literaria, había salido decepcionada; que estaba de acuerdo con ellos en que seguramente habría excepciones, pero que, habiendo otras alternativas, prefería prescindir del cine... Además, había leído alguna crítica de la película en la que no se ponía demasiado bien la interpretación del actor; demasiado histriónica, según se decía, fuera de lugar... Total; si un día quería ver la película -esa o cualquier otra-, para eso estaba “Santa E-Mule”, qué demonios... y ahora , pagando el canon en el momento de adquirir un CD o un DVD, ni siquiera era sensible a ese pequeño complejo de culpabilidad que a veces antes había sentido al hacerlo...

Eli propuso ir a ver “Mamma mía”, el musical basado en las canciones de ABBA, del que tenía muy buenas referencias. Pero tampoco tuvo demasiada aceptación.

Angel sugirió entonces ir al Tivoli, a ver “Bollywood”, un musical que acababa de estrenarse, basado en una historia real de la India, donde su hermano mayor había viajado varias veces y del que estaba realmente enamorado. Angel se había pasado horas embelesado, escuchándole hablar de aquel país, de sus gentes, de las experiencias vividas en sus numerosos viajes, sobre todo a la India del Sur, y había podido ver varios centenares de diapositivas que su hermano había hecho allí y de las que se sentía orgulloso... Su sugerencia recibió un par de adhesiones, pero todo parecía indicar que, una vez más, no iba a haber acuerdo.

En ésas estaban cuando sonó el móvil de Neus. Estuvo a punto de no cogerlo, pero finalmente lo hizo.... Se alejó del grupo para poder hablar con una cierta tranquilidad, y al cabo de un par de minutos regresó diciendo:
- “Atención, jóvenes, que me parece que ya lo tengo. A ver... ¿Qué os parece un concierto de Marlango en el Palau de la Música, a precio de 2 x 1? Precisamente la que me llamaba era Nacha, esa amiga de la que os he hablado a veces, que se dedica a a la venta de entradas y me ha dicho que le quedan unas pocas... ¿Qué decís?”
La propuesta fue aceptada por todos. Neus llamó a Nacha para confirmarle la reserva y dado que Eli tenía que pasar por la residencia a entregar unas cosas a su jefe, y Neus tenía un recado pendiente en el centro de Barcelona, acordaron verse a la puerta del Palau a las 21:30 ya cenados, claro, dado que el concierto comenzaba a las 22:00 hs.

Disfrutaron del concierto -las entradas de platea que les había conseguido Nacha eran buenísimas- y de las estupendas canciones del grupo. No llegaron a ponerse de acuerdo sobre la canción favorita, pero sí que hubo consenso “cualificado” para la tripleta formada por los temas “Hold me Tight”, “Who is Me”, y “I Do”. Se quedaron prendados de la voz de Leonor Watling. Todos estuvieron de acuerdo en que la elección había sido un acierto y que había valido la pena.
Tarareando algunas de las canciones escuchadas, pusieron rumbo hacia el Barri Gòtic. Alvaro había sugerido ir a “New York”, en el Passatge Escudellers, su disco preferida, y había habido consenso general en la elección. La música del local, básicamente, pop y rock de los 80/90, gustaba a todo el grupo, y Alvaro siempre comentaba que era uno de los pocos locales en que, además de bailar, tomar unas copas y divertirse, se podía hablar, sin tener que acudir a los gritos para hacerse oir...

Habían pasado unas horas deliciosas aquella noche.
Apenas llegaron y pidieron al camarero las primeras copas, y sin esperar a que se las sirviesen, Alvaro y Eli salieron de la mano hacia la pequeña pista de baile. Cuando llegó el camarero con la bandeja, Neus echó a Angel una mirada desde sus ojos azules, sin decir nada, pero Angel entendió el mensaje y comentó:
- “Me están entrando ganas de bailar y me parece que tengo claro con quién me apetece hacerlo... Perdona, Pere, pero no hay color...”
Pere sonrió y echó mano a su copa haciendo un gesto que quería ser condescendiente, empujándole a aceptar la invitación de Neus.
Angel y Neus saltaron a la pista. Neus colocó sus brazos alrededor del cuello de Angel y le atrajo hacia ella. Cuando Angel enlazó a Neus por la cintura observó la mirada de Eli que, abrazada a Alvaro, le dedicó un guiño y una sonrisa.
Neus prácticamente no soltó a Angel en toda la noche, y su cuerpo se adhería al de Angel con una intensidad tal que llegó a excitarle sobremanera... Mientras bailaban, cada vez más juntos, sus mejillas se unieron y Neus, en un momento dado, hizo un leve giro para acercar sus labios a los de Angel. En un primer momento éste intentó retirarse, pero al cabo de un instante, aceptó el gesto y besó sus labios, primero suavemente, y luego con mayor fuerza.
Pere, desde su asiento miraba a las dos parejas y observaba cada gesto de sus amigos. Mientras Alvaro y Eli bailaban con una actitud ligeramente distante, los cuerpos de Angel y Neus habían llegado a unirse de tal manera que parecía un solo cuerpo que apenas se movía al compás de la música.
Un rato más tarde, y a instancias de Eli, Pere bajó a la pista, aprovechando un cambio en la “banda sonora” que daba opción a unirse a sus amigos en un baile desenfadado y colectivo. Angel y Eli deshicieron su abrazo y se unieron a ellos.
Así transcurrieron varias horas, alternando el “bailar pegados” con la “movida grupal”, y con esporádicas pausas sentados tomando alguna copa de más...
Eran las tres de la mañana pasadas cuando Alvaro miró su reloj y dio la voz de alarma:
- “Chicos, ¿sabéis qué hora es?”
Pere miró el suyo y lanzó un “¡me c... en la p.... ! ¡Si son las tres y media de la mañana!. Me quedan menos de cuatro horas para entrar a trabajar... ¡Joder! Chicos, ahí os quedáis”
Alvaro intervino rápidamente y el grupo se encaminó hacia la salida. Salieron a la calle y Neus, en un gesto instintivo cogió la mano de Angel y así anduvieron hasta el parking en el que Alvaro había dejado el coche.
Eran las cuatro de la madrugada cuando entraban en casa. Todos se encaminaron a sus respectivas habitaciones, tras el “Bona nit; Fins demà” de rigor.
Angel apenas se había acabado de poner el pijama cuando oyó un ligero ruido en la puerta. Se giró hacia ella y vió cómo se abría lentamente y el rostro de Neus.
- “Hola, Angel. ¿Puedo pasar?
- “Sí, claro, pasa... ¿quieres algo?
- “Bueno; solamente decirte que lo he pasado muy bien contigo esta noche... y nada, que me gustaría que tú me dijeses algo... ¿Qué tal tú? ¿Has estado a gusto?
- “Sí, Neus, he estado muy bien; si te digo la verdad, no me esperaba que íbamos a estar así, tan bien... “
- “Perdona, Angel, es que los hombres a veces parecéis tontos. No me digas que no te habías dado cuenta hasta hoy de que me gustas...”
Antes de que Angel pudiese responder, Neus se acercó a Angel y plantó un beso en su boca.
Angel respondió a su beso mientras sus manos rodeaban la cintura de Neus y la estrechaban contra la suya.
............................
Eran las 6:15 de la mañana del lunes cuando Pere se encaminaba hacia la ducha. En el momento de pasar frente a la habitación de Angel, se abrió la puerta y se encontró con Neus que salía de ella... Vio un gesto de sorpresa en su rostro, pero ninguno de los dos dijo nada...
Caminó hacia la ducha sonriendo y preguntándose qué demonios tenía Angel que, a la chita callando se había beneficiado a su chica preferida... después de Sandra.
Por cierto, recordó que había quedado con ella esa noche para tomar una copa y que todo parecía indicar que aquella noche podía ser decisiva en su relación.
Entró en la emisora cuando el reloj de la puerta marcaba las 08:10. Diez minutos de retraso... Confiaba en que ninguno de los dos hermanos hubiesen llegado. En caso contrario, tenía bronca matinal asegurada.
Vio a Sandra en el mostrador de recepción atendiendo una llamada telefónica, y le dedicó un guiño.
Rápidamente se encaminó a su mesa y, un día más, se prometió a sí mismo que ese día sí, que iba a dedicarse a archivar los dos mil papeles que se amontonaban sobre ella, y que ya le habían valido más de una reconvención por parte de Sandra.
En ese momento la vió frente a él.
- “¡Bon dia, Pere! Tranquilo, que los brothers no han aparecido... ¿Qué tal os fue anoche?”
Pere le contó por encima los detalles de la salida con sus amigos, mientras comenzaba a seleccionar y ordenar los papeles...
- “¿A qué hora quedamos, por cierto?” preguntó al finalizar su breve relato.
- “Si te va bien a las 8... Podemos ir a cenar al Maremagnum y luego tomar algo por allí...”
- “OK. A las 8 paso por tu casa”
- “De acuerdo, Pere, y mira de poner en orden todo ese follón de papeles que tienes en la mesa... Ayer por la tarde me pidió Frankie una factura y tuve suerte de encontrarla, porque era de las que estaban en “primera línea”...
- “Sí, Sandra. Tranquila que hoy lo archivo todo”
- “Espero que lo hagas, porque ya llevas días diciéndolo...”
Sonó el teléfono de la centralita y Sandra salió rápidamente para atenderlo.
Pere tuvo de nuevo la ocasión para observar las magníficas piernas de Sandra apenas ocultas por una espectacular minifalda.
Luchando contra su tremenda resaca, Pere vació las cubetas y comenzó su batalla con los papeles.