17 de diciembre de 2007

UN EMPLEO Y UN LIGUE PROMETEDORES

Angel y Pere estuvieron un buen rato trabajando en el Curriculum que el segundo debía presentar en la emisora…

Angel le había dado a Pere previamente un esquema lógico para que Pere fuese aportando los correspondientes datos.

- Datos personales
- Estudios finalizados y otros
- Relación de empleos con detalles, colocados en orden cronológico inverso
- Aspiraciones tanto profesionales como económicas en la propuesta.
- Un breve apéndice del por qué opta al puesto, sus “habilidades”…

Pere ya había tenido problemas para cumplimentar el segundo capítulo, a la hora de pretender “encajar” sus estudios…

Cuando finalizó el Bachillerato, en el Pérez Iborra, tuvo una serie de enfrentamientos con su padre. Este quería que Pere apretase para aprobar el COU y mirase de acceder a la Universidad, de cara a cursar una carrera universitaria, y siempre le había dado a entender que su ilusión sería que cursase Medicina o Derecho… A la hora de la verdad, Pere tardó dos años en aprobar el COU, si bien, su calificación final no le dio demasiadas opciones.

Finalmente, tras valorar las pocas alternativas que tenía, se matriculó en la Escuela de Turismo y cursó los tres cursos que, en su caso, fueron cuatro, al tener que repetir 3º. Al final aprobó la diplomatura y se puso a buscar trabajo. Ninguna de las Empresas (un par de Agencias de Viajes y un Hotel) en las que había colaborado durante sus estudios haciendo prácticas le ofreció un puesto de trabajo estable, por lo que se pasó un par de años “fichado” en una ETT, trabajando quince días para luego estar dos meses sin hacer nada, volviendo a trabajar una semana, haciendo de “azafato” en algún evento… sin ningún tipo de continuidad.

Por fin le había surgido el trabajo del quiosco. Nunca había llegado a pensar que éste sería el trabajo de su vida, pero la relación con Alberto y su familia era excelente; siempre le habían dado todo tipo de facilidades, sin ponerle pegas a nada. No llevaba demasiado bien el tema de los “madrugones”, pero el trato con los clientes habituales del quiosco y la gente del barrio le resultaba bastante agradable. Más de una vez se había “inventado” alguna entrevista de trabajo para no aparecer por el quiosco y pasarse el día durmiendo, o llegar más tarde de lo convenido, pero aún así, no había tenido nunca mayores problemas con ellos. Tenía que reconocer que, con frecuencia, había abusado de su confianza.

A la hora de cumplimentar los datos para el Curriculum, Angel le sugirió hacer una breve selección de los cometidos que había desempeñado, eligiendo aquéllos que podían resultar más “atractivos”, sin mencionar la contratación vía ETT, y así lo hicieron.

El Curriculum, al final y, como era lógico, no quedó demasiado espectacular, pero ambos pensaron que, para el puesto al que iba a optar, tampoco había que demostrar unas cualidades y una experiencia extraordinarias.

Imprimieron dos copias del archivo y Pere salió hacia la emisora para entregarlo.

A su llegada, se encontró en la recepción con una señorita a la que no había visto en su anterior visita. Una rubia espectacular, a la que saludó, sin poder evitar dirigir su mirada a un escote que dejaba ver una buena parte de de su pecho. Sandra, que, según supo más tarde, así se llamaba, sonrió al percatarse de la mirada de Pere, y le preguntó por el motivo de su visita.

- “Estuve ayer hablando con un señor sobre las ofertas de trabajo que tenéis, y me pidió que le trajera un Curriculum”
- “¿Con quién hablaste?”
- “Pues no sé su nombre: me parece que no me lo dijo… En realidad, hablé con dos. Parecían hermanos. El primero –con el pelo corto- me recibió, y luego estuve con el segundo, que tenía el pelo largo…”
- “Bueno, ya sé; hablaste con Frankie y con J.T. Son los dos socios de la emisora y sí; son hermanos. En este momento no está ninguno de los dos, pero seguro que no tardarán en llegar. Pasa a la salita, y en cuanto llegue uno de ellos, le digo que estás aquí”

Pere tomó asiento en la misma silla en la que se había sentado la víspera, y, mientras esperaba, sacó la copia del Curriculum y la dejó sobre la mesa.

Al cabo de unos minutos, Sandra entró en la sala y le dijo:

- “Acaba de llamar Frankie para decir que se retrasará un rato; que le ha salido una gestión fuera de la emisora; le he dicho que estabas aquí, y me ha pedido que te diga que, si no te importa, le esperes, que mirará de venir lo antes posible…”
- “De acuerdo; espero. No hay problema…”
- “Perdona; no te he preguntado tu nombre. ¿Cómo te llamas?”
- “Pere. Pere Ibars Gràcia”
- “Muy bien, Pere. Encantada. Yo soy Sandra y soy la recepcionista, aunque también me encargo de las tareas administrativas, hasta que se incorpore alguien para ello... A lo mejor acabamos siendo compañeros, ¿no?
- “Bueno; no sé; me gustaría… Estoy en el paro y me gustaría comenzar a trabajar lo antes posible… Ya sabes que el subsidio del paro no da para mucho…”
- “A mí también me gustaría, la verdad. Voy muy agobiada con las dos cosas; me ha costado, pero por fin les he convencido de que miren de contratar a alguien para el tema administrativo, porque cada día hay más cosas que hacer y yo no doy abasto…

Sandra vio el curriculum de Pere sobre la mesa, lo cogió y miró a Pere.
- “¿Es tu Curriculum, no?
- “Sí. Es que ayer no lo traje, porque entré al ver el anuncio en la portería. Por eso he venido hoy…”
- “¿Puedo verlo?
- “Sí, claro… Tu mateixa… (*)”
Sandra tomó asiento frente a Pere mientras lo leía, y, al sentarse, realizó un espectacular cruce de piernas, dejando ver a Pere un amplio panorama de su entrepierna.

Mientras Sandra leía, Pere, con un ligero disimulo, paseaba su mirada por el cuerpo de Sandra, mientras a su mente venía toda una serie de pensamientos… No estaría mal, nada mal, tener un rollo con Sandra… La verdad es que estaba buenísima. Tenía un cuerpo extraordinario y, por lo que había podido comprobar, tanto en la recepción como ahora, sentada frente a él, no parecían molestarle en absoluto las miradas que Pere le había dirigido… ¿Quién sabe?

En ese momento oyeron el teléfono de la centralita.

- “Uy, el teléfono. Perdona, Pere, voy a ver quién es…” - dijo Sandra mientras se levantaba de su asiento.
- “Tranquila, Sandra; no te preocupes. Ya me espero…” - dijo Pere
- “Por cierto, perdona que no te lo haya dicho… ¿Quieres tomar algo mientras esperas?”
- “No te preocupes, Sandra… Aunque bueno, si tienes un café, creo que me vendría bien…
- “OK, Pere, ahora te lo traigo. Mientras tanto, aquí tienes un par de
revistas, por si quieres entretenerte mientras esperas…

Pere observó a Sandra mientras salía de la sala, con especial atención a su espectacular minifalda que se agitaba al ritmo de sus pasos, dejando ver una buena parte de sus muslos.
…………


Dos horas más tarde, Pere salía de la emisora… Llevaba consigo un “pre-contrato” de trabajo como auxiliar administrativo, cargo al que se debía incorporar la semana siguiente, una vez resuelto el correspondiente papeleo… y se llevaba tambien una "primera" cita con Sandra para aquella misma tarde.

Había sido muy fácil; demasiado fácil… Cuando acabó la entrevista con Frankie, pasó un momento por recepción y se encontró con la sonrisa de Sandra que, al parecer, ya era sabedora de la decisión. Fue ella quien habló:

- “Bueno, Pere, me parece que me vas a tener que invitar a algo para celebrarlo, ¿no?”
- “Ja ja ja… pues va a ser que sí, Sandra. Y por mí, encantado. ¿Te parece bien esta tarde? ¿A qué hora sales?
- “Si quieres, pasas por aquí a las 8 y nos vamos a tomar algo… ¿Te apetece?”
- “Estupendo, Sandra. Aquí estaré. Fins després (**)”

Mientras tomaba el camino del quiosco para recoger la liquidación de finiquito que le había prometido Alberto, no podía dejar de pensar en Sandra. ¿Cómo había podido resultar tan fácil? Tenía el convencimiento de que a ella también le había gustado y la impresión de que con Sandra las cosas iban a ser fáciles… ¿demasiado fáciles? Nunca se había encontrado con una situación así… La verdad es que Pere siempre había tenido éxito con las mujeres… sobre todo al principio, o, para ser sincero, casi siempre “sólo” al principio… Al cabo de un tiempo, casi todas las mujeres de su vida se habían hartado de su egoísmo y habían acabado por romper la relación. Pensó que esta vez tenía que hacer todo lo posible para que no volviese a ocurrir.

Tras su entrevista del día anterior, en ningún momento había llegado a imaginar que 24 horas más tarde tuviese trabajo… y un ligue prometedor… El hecho de compartir el trabajo con Sandra le instaba esta vez a ser más cuidadoso, tanto en el trabajo como en su vida privada. Allí mismo, Pere se hizo el firme propósito de cambiar. Sandra le había provocado una serie de sensaciones extraordinarias así, a primera vista; y tenía que conseguir que esta relación fuese diferente de las otras. Sabía que estaba en su mano.

Cuando un rato más tarde Pere llegaba al quiosco y se encontró a Alberto peleándose con un montón de paquetes, Pere, tras el “bon dia” (***) de rigor, y casi sin esperar la respuesta de Alberto, se puso a ayudarle a ordenar las devoluciones, plenamente convencido de que esta vez lo lograría, de que Sandra valía la pena, y de que esta vez todo iba a ser diferente.


(*) Tu mateixa: (catalán): Tú misma
(**) Fins després: (catalán): Hasta luego
(***) bon dia: (catalán): Buenos días

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