28 de enero de 2008

El duro retorno a la ciudad

En la sala de reuniones de la emisora se encuentran los gemelos Tarrès. Frankie esta usando un ordenador portátil para leer el informe redactado por Enrique, el abogado; Mientras, J.T. se entretiene jugando al cubo de Rubik; este último esta sentado con los pies encima de la mesa de unos diez metros de largo.


-Al parecer, durante nuestra ausencia, Kike M. ha hecho sus deberes con una eficiencia enfermiza. Tenemos a todo el personal que nos habíamos marcado para fin de año. La audiencia es más que notable a pesar de los problemas de programación. Y en lo tocante a la publicidad- teclea unos datos y sonríe.- hemos tenido beneficios. Es increíble.
Frankie cierra el ordenador y también pone los pies en la mesa.
-Creo que nos podemos felicitar de tenerlo como aliado.
-Sí. No me gustaría enfrentarme a él en un litigio.
J.T. mira el reloj enorme que hay colgado de la pared. Son las cuatro y media.
-Uffff... Espero que Beth sea puntual. Me muero de ganas de entregarle esto de una vez.-J.T. observa fijamente el sobre enorme que les entrego su tío Jaume.-Ojala no se entretenga para hablar con nadie y venga pronto.
-Quieres calmarte, J.T.. Recuerda que Tío Antonio nos pidió paciencia y calma, solo ella puede abrir el sobre y si quiere compartirlo con nosotros, bien. Si no lo hace, bueno... Pues tendremos que estar alerta para ayudarla por si pasa algo malo.
J.T. deja el cubo en la mesa, y se saca de un bolsillo del pantalón la carta de su tío Antonio para releerla por octava vez.
-No paro de pensar que todo esto es peligroso, pero no entiendo porque solo puede abrirlo ella y saber que oculta.
Frankie se pone de pie, paseándose por la sala hasta ponerse enfrente del ventanal. Desde ahí puede ver la calle estrecha que da acceso al edificio.
-Empiezo a creer que Antonio tenía miedo que nos entremetiéramos demasiado en cosas que no nos incumben, más allá de hacer nuestro papel de comparsa.-Se gira de espaldas al ventanal mirando fijamente a su hermano.- Somos muy impulsivos y no siempre nos pensamos en frío como afrontar los problemas. Beth nos necesita como apoyo y no como protagonistas de sus asuntos.
Frankie se sienta de nuevo con los pies en la mesa y toma el sobre con sus manos como si pudiera saber que contiene por su peso.
-Posiblemente, J.T., aquí dentro... - Levanta el sobre ante sus ojos pretendiendo atravesar el papel para ver su interior.- hay problemas con P mayúscula para Beth.
-Y de rebote para nosotros también habrá una ración. Eso seguro.
Alguien llama a la puerta débilmente, casi parece que sin fuerza. O quizá con miedo.
-Adelante.
Por la puerta aparece Pere, el nuevo administrativo. Parece nervioso.
-Esto... tenía a Beth al teléfono diciendo que no puede venir por que...
-Que ha pasado?- la voz de Frankie se nota tensa.
-Esta en la comisaría. Un tipo la ha empujado para robarle el bolso.
Los dos gemelos se levantan de un salto a la par que gritan un “Que?” de campeonato.
Los dos hermanos salen disparados hacía el ascensor. Seguidos de un Pere impresionado por la agilidad de sus jefes.
-Por que no nos ha llamado a uno de nuestros móviles?- espeta J.T.
-Esto... el móvil también ha “volado” y no recordaba los números. Por suerte, el de la emisora aparece en los anuncios que emitimos. Y para más suerte, la policía nos escucha bastante a menudo. Así que nos han llamado cuando Beth les ha contado de quién era prima.
El ascensor llega a la planta baja para dejar salir a dos hermanos al trote seguidos de un Pere asustado, que apenas puede seguir el ritmo de los gemelos.
-Se encuentra bien?- Dice un Frankie casi al borde de un ataque de rabia.
-Esta muy calmada, jamás había visto nada igual. El otro día a Neus, mi compañera de piso, también la atracaron, pero estaba hecha un flan. Claro que es lo más norm...
-Pere, ahora no hay tiempo puedes recordar en que comisaría esta?- De J.T. también habla con una voz de alguien muy furioso.
-Esta en la de calle Balmes con Granada del Pirineo.
-Pero como es que se ha cortado la línea?
Pere baja la mirada hacía el suelo como un niño pillado en falta.
-Eh... si supiera hacerlo no os hubiera avisado, es que Sandra estaba en el lavabo y yo no se como va lo de pasar llamadas. Lo siento, es culpa mía.
Los tres chicos han salido al exterior del edificio.
Frankie se gira hacia Pere con cara de ira. Su voz es muy amenazadora:
-Ahora mismo no tengo ganas ni tiempo de liarla, pero Sandra me va ha escuchar y tu Pere, no vuelvas hacer cosas que no son de tu competencia, entendido?
-Si Frankie. Perdona, yo solo...
Pero los dos hermanos ya han subido en su furgoneta aparcada delante de la radio.
Pere se queda atónito en medio de la calle. Esta petrificado. Jamás había visto a nadie que irradiara un aura de odio y rabia tan exagerada. Estaba temblando.
-Si sigues así, alguien te lanzará un euro a la cara creyendo que eres una estatua humana.
Pere reacciona y se da cuenta de que quién le habla es Lukas, el conserje.
-Que haces aquí?- pregunta Pere.
Lukas enseña el puro cigarrillo que lleva en su mano, mientras exhala una voluta de humo.
-Nada. Estoy relajándome un poco. Gustas?
-No. No fumo puros.
-Caray! Que mala leche se gastan esos dos, no?.
-Es normal, su prima ha sido atacada, como estarías tu?
-Si, puede que tengas razón. Pero no hace falta gritarte por ayudar a una compañera de trabajo. Pero siempre es igual: Los empleados reciben los palos de todo lo malo que ocurre en la vida de sus jefes. Es ley de vida, chaval.
Lukas apaga su purito.
-Bueno. Debo volver a la batalla de ganarme el jornal. Nos vemos dentro.

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