19 de noviembre de 2007

EL RECUERDO DEL ENCUENTRO Y EL REGALO


Angel despertó esa mañana y, por un instante, pensó que el aluvión de imágenes y sensaciones que, de forma repentina, irrumpieron en su mente eran las típicas de algún sueño que habría tenido esa noche…

Rápidamente se dio cuenta de que no se trataba de un sueño. Que todas y cada una de aquellas imágenes y sensaciones las había vivido la víspera, en su encuentro con Eli…

…………

Todo había empezado con los versos que le había inspirado la canción de Simon y Garfunkel, con la emoción de Eli, primero al leerlos, y después, al escucharlos leídos por él, y ese primer beso que siguió a su lectura y que les llevó a encaminarse a la habitación…

Después las cosas habían ido sucediendo de forma natural. Cuando llegaron a la habitación de Eli, aún abrazados, apenas cruzaron alguna palabra. Eli había aprisionado su rostro y le había seguido besando una y otra vez, cada vez con más fuerza, mientras una de sus manos recorría su espalda y su cintura.

Angel respondía a sus besos y a sus caricias mientras sus manos se introducían bajo la blusa de Eli, hasta llegar a su pecho… En ese instante, Eli se separó un momento, suficiente para desprenderse de la blusa y del sujetador, y volver a apretarse contra él con más fuerza...

Angel seguía recordando todos aquellos momentos y los que los siguieron, en los que ambos se entregaron el uno al otro, casi sin palabras, y el enorme placer que llegó a experimentar en el encuentro…

Recordaba también el momento en el que, tras casi una hora de mutua entrega, y cuando ambos yacían juntos y relajados, Eli miró su reloj y a duras penas pudo reprimir un grito:

- ¡Dios mío! ¡Son casi las dos! ¡Alvaro debe estar a punto de llegar!

Y rápidamente saltó de la cama, cogió su ropa y se fue corriendo al baño.

Angel comprobó la hora y salió también de la habitación. Tras una rápida visita al baño, Angel bajó al salón, justo en el momento en que Alvaro entraba en casa…

- ¡Hola, Angel! ¿Qué tal?
- Bien, gracias… ¿Qué tal ha ido el trabajo? Me ha dicho Eli que habéis estado mirando un ordenador…
- Sí, lo vi en el escaparate el otro día y tiene buena pinta, la verdad… Es que el que tengo ya está pidiendo el relevo…. Seguramente lo compraré. Por cierto, ¿dónde está Eli?
- Ha subido arriba hace un rato. Espera. –y gritó:
- ¡Eliiiiii! Por aquí abajo preguntan por ti… ¿Qué andas haciendo?

Al momento oyeron la voz de Eli desde arriba:
- Ya bajo, Angel, ya bajo… A ver si va a haber que echar una instancia para ir al baño, coñe! ¿Ha llegado Alvaro, no?

Alvaro y Angel sonrieron y enseguida oyeron a Eli que bajaba por las escaleras. Eli se acercó a Alvaro, le dio un beso en la mejilla y preguntó:
- ¿Alguna idea para la comida, jóvenes?

Los dos se miraron sonriendo…
- No sé, Eli… Esta semana te toca a ti…-dijo Alvaro-
- Eso, eso. Menos preguntar y más cocinar… - apuntó Angel-
- ¡Encima que pregunto!... ¡Hombres! ¡Qué puedes esperar de ellos!
- Bueno, Eli, tampoco es para ponerse así… A ver si te ponemos una moción de censura y proponemos a Pere como cocinero… - dijo Alvaro.

Eli y Angel rieron el comentario de Alvaro y Eli añadió:
- Pues sí; íbais a comer mucho con ese “jeta” de Pere… ¿Os va bien una ensalada y unos calamarcitos que compré ayer?

Alvaro y Angel aprobaron la sugerencia del menú, y Eli salió hacia la cocina. mientras Alvaro subía a la planta de arriba, Angel, tras titubear un momento, se dirigió a la cocina, tras Eli.

- Uff! Nos ha ido de un pelo, Angel… - dijo Eli al verle entrar.
- Sí, la verdad es que sí… Bueno, Eli; quería decirte simplemente que no sé lo que pasará mañana y al otro y al otro, que lo que ha pasado ha pasado… que me sabe mal por Alvaro, pero que quiero que sepas que para mí han sido unos momentos fantásticos…y que…
-
Eli le interrumpió
- Chisssst. Calla, Angel; ahora no es el momento. Pero que conste que también para mí ha sido maravilloso. Que yo tampoco tengo ni idea de lo que puede pasar; que yo también me siento incómoda por Alvaro. Pero bueno, ha pasado y no podemos borrarlo así, de repente, cosa que, por otro lado, pues tampoco me apetece… Ya hablaremos.

Angel se puso a ayudar a Eli con la comida y a preparar la mesa.

Un rato más tarde, los tres amigos comían. Alvaro se pasó toda la comida hablando de las maravillas del ordenador que había visto, mientras Angel y Eli apenas le escuchaban.

Después de comer, Angel y Alvaro salieron de la casa. Alvaro debía volver al trabajo, y Angel había quedado con Quim, un amigo con el que compartía la afición y el interés por el cine. Hacía días que Quim le había llamado para quedar. Estaba muy interesado en que Angel le explicase todos los detalles de su experiencia como Ayudante de Luis Aller en la dirección durante el rodaje de la película “Barcelona lament”, que se había rodado en Barcelona hacía unos meses… Pasó la tarde con Quim y al final aceptó su invitación para cenar.
…………

Todo eso había pasado el día anterior, y Angel lo iba recordando mientras, tras la ducha de rigor, trataba de poner un poco de orden en su habitación.

Se asomó a la ventana y vio que la mañana de ese sábado de Septiembre había amanecido magnífica. Un sol espléndido iluminaba las estrechas calles de Gràcia.

Angel salió de casa tras un rápido café y se dirigió hacia su librería preferida. Esa mañana había planeado comprar el regalo de cumpleaños a su hermano. Unos días antes, Angel había recibido una llamada suya, invitándole a comer a Horta, al club del que eran socios, y al que acudían prácticamente todos los fines de semana, para celebrarlo juntos.

Hacía varias semanas que no se veían, y Angel echaba de menos a su hermano, a su cuñada y, sobre todo, a su sobrina Sara, con la que siempre había tenido una extraordinaria relación. Era consciente que Sara le adoraba; que siempre le había considerado un hermano mayor más que un tío, y le apetecía enormemente compartir un rato con ellos.

Aunque no se lo habían confesado de una forma explícita, Angel sabía que estaban preocupados por él; que su separación de Yolanda les había causado una mal disimulada inquietud. Sobre todo su hermano, que había estado junto a él aquella vez, años atrás, en su primer intento de quitarse la vida, cuando aún vivía en su casa. Cada vez que hablaban, le preguntaba una y otra vez qué tal estaba, y no se contentaba con la típica respuesta de “Bien; estoy bien”; seguía preguntando detalles sobre lo que hacía, sobre sus nuevos compañeros de vivienda… Tenía muy claro que lo hacían por su bien; que solamente querían ayudarle, pero Angel no era muy dado a dar demasiadas explicaciones y, a pesar de que era consciente de sus buenas intenciones, había veces que se sentía agobiado por su insistencia.

De nuevo se preguntó lo que sentirían el día en que cumpliese su último propósito –esta vez no iba a fallar, como la primera que lo intentó- y, como siempre le ocurría, se sintió mal; un tremendo sentido de culpabilidad le sobrevino por el daño que inevitablemente sufrirían al enterarse. Sabía que, a pesar de todo cuanto habían hecho por él, sería inevitable un cierto sentido de culpabilidad por el hecho de no haber sabido o podido evitarlo.

Afortunadamente, antes de que su malestar se hiciese insoportable, llegó a la puerta de la librería y entró.

Se puso a mirar las estanterías y los montones de libros a ver qué se le ocurría, ya que no tenía decidido del todo qué comprar. Regalar un libro a su hermano era un problema, ya que tenía la casa llena. Más de una vez le había ocurrido regalarle uno que ya tenía, con el consiguiente cambio posterior. Para esta ocasión tenía un par de ideas en la cabeza. Entre varias alternativas iniciales, había pensado en algún buen tomo de poesía española. A su hermano le gustaba mucho, y fue él quien al enseñarle algunos versos escritos por él, le despertó el interés y la afición hacia la poesía.

Pensaba en dos alternativas: Una Antología Poética de Antonio Machado que se había reeditado hacía poco, y unas Obras Completas de Miguel Hernández. Unos días antes, había hecho una llamada secreta a Sara para que mirase en casa, no fuese que ya los tuviera.

Sara se lo había montado muy bien. Primero miró por su cuenta, encontró varios libros de ambos autores, pero ninguno de esos dos. De todos modos, por si acaso, se inventó una historia que resultase verosímil y no levantase sospechas… Le dijo a su padre que el profesor de Literatura les había encomendado hacer un trabajo sobre poesía española del Siglo XX, y que en la primera reunión de su grupo habían salido esos dos autores, y habían acordado reunir los libros que pudiesen encontrar de ellos, a fin de mirarlos entre todos y llegar a un acuerdo para empezar el trabajo.

Su padre hizo una rápida búsqueda y le entregó varias obras: De Miguel Hernández tenían la mayoría de su obra poética (Perito en Lunas, El Rayo que no cesa, Cancionero y romancero de ausencias y El hombre acecha). De Machado tenían Soledades, Campos de Castilla, Nuevas Canciones y Cancionero Apócrifo.

Sara se había apuntado los títulos de las obras para decírselos a Angel, y a continuación, había dejado los libros en su habitación.

En la librería, Angel localizó enseguida la obra de Machado. Le gustó la edición. Y el precio era inferior a lo que se esperaba… por lo que preguntó a la encargada, a la que conocía desde hacía tiempo, por la edición de las obras completas de Miguel Hernández

Enseguida la tuvo entre sus manos. Eran dos tomos, el primero con la poesía y el segundo con el teatro. También estaban bien de precio, así que Angel optó por comprar el lote completo.

Salió de la librería y se encaminó hacia casa. Estaba seguro de que a su hermano le iba a encartar su regalo.

Hizo el propósito de mostrarse alegre durante el encuentro, e intentar hacer ver a su familia que todo iba bien; que estaba contento, y no dejar resquicio alguno para que sospechasen nada de sus intenciones. Era consciente de que, llegado el momento, les iba a causar un enorme disgusto, pero no quería adelantárselo.

2 comentarios:

Blackjoker dijo...

Carai! En esta temporada ya hemos tenido "seso" en un tiempo record! Guai! Bien hecho Juan Manuel, lo tenemos todo: Sexo, violencia, acción, misterio. De aqui a Jollivud. ;-D.Besos a todos.BJ.

Juan Manuel dijo...

Es muy light, no? O también tengo que poner un aviso de horario "adecuado", como te he recomendado para el tuyo???